La paciencia tiene amargas raíces,
debí sepultarlas,
pues los dulces frutos
que esperé,
jamás llegaron a mi vida.
Partiré más temprano que tarde,
junto con el vuelo de las golondrinas
y sin ti mi dulce fruto.
Entre un bucólico atardecer
de anaranjadas nubes,
nos volveremos a encontrar
mi ingrato amor.
La espera llega a su final,
acompañada del viento,
cargado de anhelos atesorados,
bordo tu corazón junto al mío
con rayos de sol y luna.
Dime si tienes paciencia como yo.
Shedar.
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Gracias pór comentar en mi blog, me da ánimos para seguir escribiendo, un abrazo
Agradezco sinceramente y de corazón que leas mi blog y comentes, es un premio para mí.Un abrazo y con el va mi corazón.