martes, 22 de septiembre de 2015
Sol abrazador
La
señora Carmen esperaba la micro, estaba
impaciente, a las tres de la tarde el sol le quemaba la piel, le hacía doler,
le corría la gota por el transpirado rostro, iba de vuelta a su casa terminado su
jornada de trabajo en la feria, por lo
menos dos horas la esperaban de incomodo viaje, los bolsos de ropa usada que vendía en su puesto interrumpían la
pasada, pero se las arreglaba frente a una mala cara con paciencia y una
cansada sonrisa, los cuatro hijos llegarían pronto a casa y les había traído
fruta fresca.
UN TROLEBUS
Mientras esperaba
miraba absorto adoquines humedecidos de llovizna, llega el trolebús temblaban sus cables eléctricos, sube, se sienta
eligiendo ventana. Otro mundo ante sus ojos se abría, nostalgias le invadieron,
la gente subía y bajaba con calma, en la calle… los adoquines resbalosos eran
pisados con cuidado. Un hombre sube y
comienza a hablar de la ciudad, su historia,
poetas, edificios, no declamó poemas, no cantó, no vendió nada, Juan
cierra los ojos, respira, desciende del trole, el frío golpea su rostro absorto, su tristeza acorde
con el paisaje, el alma silente del padre le acompañaba.
Shedar
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