martes, 22 de septiembre de 2015

QUE PENA

Qué pena siente mi alma,
desde que te fuiste de esta tierra
alzando tus alas
y sin darme un señal.
¡Como sostengo el cielo
si no tengo tus manos!
Sin tu respiración
ni el beso de tu piel
cuando un impío destino
me alejó de tu amor.
Qué pena siente mi alma
Que sin tus manos se quedó.


Shedar                   


                                         

Sol abrazador

La señora  Carmen esperaba la micro, estaba impaciente, a las tres de la tarde el sol le quemaba la piel, le hacía doler, le corría la gota por el  transpirado  rostro, iba de vuelta a su casa terminado su jornada de  trabajo en la feria, por lo menos dos horas la esperaban de incomodo viaje, los bolsos de ropa  usada que vendía en su puesto interrumpían la pasada, pero se las arreglaba frente a una mala cara con paciencia y una cansada sonrisa, los cuatro hijos llegarían pronto a casa y les había traído fruta fresca.


Shedar              
              

UN TROLEBUS

Mientras esperaba miraba absorto adoquines humedecidos de llovizna, llega el trolebús temblaban  sus cables eléctricos, sube, se sienta eligiendo ventana. Otro mundo ante sus ojos se abría, nostalgias le invadieron, la gente subía y bajaba con calma, en la calle… los adoquines resbalosos eran pisados con  cuidado. Un hombre sube y comienza a hablar de la ciudad, su historia,  poetas, edificios, no declamó poemas, no cantó, no vendió nada, Juan cierra los ojos, respira, desciende del trole, el frío  golpea su rostro absorto, su tristeza acorde con el paisaje, el alma silente del padre le acompañaba.

Shedar