Que tu
querer no se vuelva fugaz,
rogué sin
cesar cada segundo
con intensa
devoción a mi Dios,
de rodillas
en el empedrado
lloré muriendo
todos los instantes
viviendo
tantos otros.
Que tu
querer no se vuelva fugaz,
cuando todo se
volvió pasado
para ver del
infierno tu vivir.
Que cada día
caducado,
transmutaría
en eterno sufrir.
Ninguna nube
triste contuvo,
el llanto mi
rostro supo cubrir,
mezclado con
ruegos, alma rota
en jirones, un
sin olvido perpetuo,
viviendo sólo
de grises nostalgias
de tu querer
que fue tan fugaz.
Shedar