Ya no olía
el aroma
de las lavandas
del jardín
cuando
venías hacia mí,
ni el aroma
de la tierra mojada de antaño.
Ya no olía
el aroma a mar
cuando la
brisa pasaba por mi ventana,
ni la
humedad del otoño
con el
crepitar de las hojas bajo tus pies.
No olía el
aroma de tu piel
al cobijarme
en tus brazos
que al rose
con la mía vibraba de dulce placer,
ya no olía
tu ser, mas aún… sonrío al recordarte.
Shedar