Como árbol dormido te escondiste de
mí.
Más allá del mar donde mis ojos no te
alcanzan.
¡Escapándote de mis poemas de amor!
Dejando mí camino desierto de tus
sentires
muriéndome sin poder respirar en tu
boca,
y sin el acostumbrado canto de las aves…
Rozándome entre follajes dormidos,
tu olvido azotó a latigazos mi corazón.
El delirio clavado en mis ojos
nublados de lluvia
mustios de exhausta tristeza,
bajo una bóveda de dormidas hojas
mi corazón permanecerá donde el canto
de los árboles
tu no escucharás, porque ya no sé…
si estoy dormida o he muerto o si mí cuerpo sólo reposa
en sus amarillas hojas de negruzcos
pies,
dejándome tirada, así como otoñal hoja
con los sueños dormidos de ti…