Una larga
senda frente a mí,
exuberante
vegetación,
a los lados, quebradas.
En su
extensa cima
un calmo
sendero de agua
cual río,
con un final
que mis ojos
no podían ver.
Me subí a mi
barquito,
se irguieron
sus velas,
con un
movimiento lleno de viento,
seguro tenía
un final que no veía,
pero sabía
que sería perfecto,
porque allí
estarías tú, con tus brazos
y tu corazón
dispuestos solo para mí,
con un
tiempo sin memoria,
sin sombras,
habrán solo estrellas y luna
cuando este
amor explote de pasión.
Y te diré
tantas cosas de esta travesía mía,
tú, de tu
espera por mí, en un beso sin fin.
Entonces…y…nada será como el abrazo
de tu cuerpo
al mío.
Shedar