Te vi en mi
cordillera de Los Andes,
tan alto
precioso mío ofreciéndome tu alma.
Te vi en las
olas del mar, fluyendo suave
y ansioso de
amar.
Te vi en el
río navegando y ahogando tú
alma en sentimientos de amor.
Te vi en
tupidos bosques de alerces
acurrucado
por el aroma a hierbas
y
ofreciéndome cobijo.
Te vi en la
paz y el silencio de la brisa
de montaña y
mar en cada latir de tu corazón.
que corría
hacia mí.
Te vi en el
cielo estrellado donde tus letras nacían
aumentando
su caudal cual sueño nocturno
arrullándonos
de luna y pasión.
Te vi en el despertar de las flores silvestres
cuando
aprendiste a expresar con fuerza y
pasión
la libertad
de tu amor, entonces sólo te vi.
Shedar