De pronto me vi suspendida
cual ave sin saber dónde posarme.
Y comenzamos nuestra preparación
para un nuevo estilo de enseñanza,
sin tiempo suficiente, para preparar
nuevas y buenas clases, teniendo
a mis hijos a la misma vez en tele clases,
un poco abandonados, ya que mi tiempo
es para alumnos del colegio,
complicado de atenderlos a la misma vez,
mientras me espera el aseo, lavado, almuerzo,
planchado, doblar ropa guardarla,
reuniones virtuales de trabajo
y como apoderado.
Sentía, se me iba la vida encerrada
y no podía sonreír, entremedio, amistades
me cuentan que se han contagiado de covid-19
en instantes de silencio, ruego por su salud,
entregando todo el amor y compasión de mi corazón.
Luego llega la noche, únicos instantes para la
familia.
¿Y las horas de amor…pensarán?
¡Qué digo!... ¿horas?... si, ponía la cabeza en la
almohada,
y al instante…dormía, sin fuerzas para abrazar.
Shedar