Quizás el tiempo sea sabio y se lleve mis tristezas,
arrastradas
por una implacable ventolera,
llevándose cual
tornado en su grado máximo,
estas penas
que dejaste aferradas a mi alma.
Emprenderé
viaje cuando escuche la llamada,
mis heridas
se hayan borrado, volviéndose todo luz,
que mis ojos
no aumenten más nunca la lluvia caída.
Porque si,
quizás el tiempo sea sabio trayendo a mí
nuevamente
la primavera, para volver a caminar
por tu piel,
tus labios y volver a vivirnos con frenesí.
Llegará así el
amor después del amor, con aroma a ti.
Shedar