martes, 21 de junio de 2011

Fugitiva

Ella, para su edad era aún atractiva, vivía acompañada de su familia pero, estaba su corazón solitario de amores, de aquellos, que hacen vibrar hasta la última fibra del ser, de los que huía siempre, pues había construido una verdadera muralla china a su alrededor, alguna vez la vi destruir parte de ella, como una ventanita a medio abrir, parecía en esos momentos una picaflor que lentamente iba quitando pétalo, tras pétalo, cual si fueran lirios, en esas brechitas penetraba a veces alguien que invariablemente se alejaban como si tuviera mortales espinas  y entonces se detenía por largos pensantes momentos, en que la duda, la indecisión era lo que fluía. Doloroso el tiempo se detenía entonces, en ese instante, al mirar sus ojos podía vislumbrar en ellos la  tristeza de una fugitiva, la  lluvia que confundida en su rostro rodaba  silenciosa, pero venía pronto el águila de la verdad  y ella, nuevamente levantaba aquella barrera  con la que protegía su alma  de mentiras innecesarias, de dolores gratuitos, de  recibir aguijones como silenciosos dardos venenosos que hieren aún más, aquello que le impide caminar físicamente, alejándole de su lado en raudo vuelo como  ave herida que busca un lejano lugar donde morir en paz y soledad, la veo suspirar profundo, casi un sollozo, pero descansa, y su vuelo fugitivamente seguro… desaparece en las nubes, para…


Shedar