¡Cuántas situaciones en el aire, cuantos dolores corroyendo mi alma!
¡Cuánto sin hacer, cuanto por hacer!
¡Cómo explicar… que segundo a segundo debo superar la promesa de fuerza, valor y fe.
Como explicar una soledad forzada y ya asumida hace mucho, como lo adecuado para todos, menos para mí…
Desde las alturas, ya en pleno vuelo, puedo apreciar la soledad de mi nido, ¿triste?... no, solo tranquilo, la soledad que me duele a ratos, es apreciada y valorada, en momentos de arduo trabajo.
Más cuando el tiempo es todo para mí, llega la pena de estar sola ¡pero cómo! ¡Ni siquiera yo, me logro entender!
¡Ya sé!... quiero tener mi espacio, cuando lo necesite, mas también te quiero cerca, porque necesito tus caricias y tu puro amor ¡eso! Más, no todo es como quisiéramos, todos necesitamos nuestros espacios, nuestras experiencias, nuestras propias vidas, forjadas a pulso.
Entiendo todo esto, mucho más de lo que aparento…solo que la pena a veces supera mis fuerzas…