Cual extraña
joya de gran valor
era aquel
amor inalcanzable para ella,
hasta que
una estrella iluminó
su corazón, era
él… que con sus letras
de eterno
amor se lo entregaba a raudales,
fluyendo cual
río inagotable y cristalino,
la llevó a
conocer entonces las expresiones
más dulces e
intensas junto a promesas
de una cosecha
de verdadero amor.
Se encendía
su corazón de sentimientos puros,
desprendidos,
amando al mundo sin restricción.
Así la sorprendió
una noche de luna… con su boca
junto a la
de ella.
Shedar