A veces, por instantes,
se me escapa la
vida
en mis sueños de
ti.
Con el correr de
los días
mi alma vive y
agoniza,
rodeada de
posibilidades
y de imposibilidades,
que triturando
aprietan el alma,
que desfallece.
La estrujan y
acarician…
Agonizante mi
pecho doliente,
que se llena de
angustias,
que desaparecen
cual otoño,
con hojas
perdidas, que vuelven a nacer.
En ellas se me
escapa la vida
queriendo verte,
esperando que
llegue el día,
que pueda en tus
brazos permanecer.