El camino de
tierra forjado a pasos y viento rasante,
lo mantenían
despejado, limpio y solitario,
sus
acompañantes formados flanqueaban
frondosos márgenes conteniendo
las tristezas de mis ojos,
abrazados en
las alturas cuyos brazos de arcos hermanados
cobijaban mi
tristeza.
La niebla
espesa mantenía mi alma oculta y llorosa,
el frío no
importaba pues ya estaba helada mi alma de llanto.
Dibujaba la
niebla rostros y cuerpos compungidos
entre ellos
el mío, que ya sin fuerzas desfallecía de
ausencia, silencio y desvarío abrazados a mi alma
que duerme
lejos de ti como árbol dormido, silente
de tu
corazón, de tus letras, de tus palabras,
pero la
niebla esconde de ti mis sentimientos más hermosos,
aquellos que
nunca apreciaste, ni valoraste,
temiéndole a
poemas, a letras, versos, sabiendo
que en la
distancia ni en la cercanía, nunca,
nunca… te
harían daño ¿ Cómo pudiste alejarte entonces?
Mi alma
perdida ya no encuentra respuesta y…
Ya no tiene
fuerzas para buscarlas…