Cuando mis
sábanas heladas
solo me
sirvan de mortaja.
Volveré para
ver su miedo,
pues
acuchilló sin piedad,
mi corazón
sano de ira, de violencia,
esto solo venía de
ti y merece castigo,
por cercenar
vidas y no dejarme morir tranquila,
por lo que volveré para ver su miedo,
no merece respirar agresor mil veces maldito.
Pide
justicia al cielo mi espíritu, antes de
que sea tarde
para mi
pequeña familia.
Ni su cuerpo
ni su alma merecen un solo amanecer más.
Porque saca
lo peor de mí.
¡No tiene perdón de Dios!
Shedar.