Muros que
cercan salas,
bullicio, estudio,
ejercicios,
conversaciones.
Pasillos por
donde circulan sombras
que se
desvanecen cómplices del terror,
abarcando y
traspasando muros.
Las palabras
se vuelven silencios
incomprensibles
a cerebros adiestrados,
mochilas que
otrora guardaban libros escolares
ahora
guardan bombas molotov, cadenas y piedras.
Puertas y
portones aferrados a la muerte de valores.
Enseñanza vilipendiada,
padres inconsecuentes y
directores
ideologizados, influyendo en cerebros sanos.
Profesores sembrando
odio y terrorismo cual guerrillas.
Conciencia
silenciada, costeada por unos pocos
resquemores
nacidos de la resequedad de la tierra
de otras épocas.
Conciencia, palabra
inexistente, con máscara y overol.
Sombras
siniestras que cubren a su paso el camino
de los que
no quieren ver.
Shedar