Hermoso, como todo en la naturaleza el cielo amenazante de sábado nos anunciaba lo esperado, comenzó a llover y por alguna extraña razón surge desde las tripas, sopaipillas, ¡sopaipillas!,¡ grandiosa idea!... Que se pone rápidamente en marcha, juntan los elementos y la bisabuela hace la masa, mientras amasa, la bisnieta impaciente pide su pedacito para hacer las de ella con figuritas, rápidamente, las trabajadoras manos ya cansaditas de la bis de blanco pelito, amasa y estira, buscan el molde que les gusta para cortarla y dar forma, a lo que sus anhelantes tripitas exigían, la nieta más allá tiene listo el aceite muy caliente y comienza a freír, chirrea el amarillo liquido en el sartén, mientras tanto en una olla la chancaca caliente brindaba su aroma junto a las especias, genial la pequeña disfrutaba de estos momentos familiares y por la fritura se la hacia salir de la cocina… Y por fin, entre probadas de sopaipillas y sentarnos a conversar sobre historias de cocina y escuchar el hermoso canto de la lluvia, nacieron a la mesa las sopaipillas pasadas en chancaca, delicioso manjar que deleitamos con un humeante café, luego los suspiros de satisfacción y afuera la lluvia fiel acompañante de nostalgias durmientes y emociones…
domingo, 29 de mayo de 2011
Mis vecinos
Llegaron un día cualquiera, varias veces de un camión cerrado descargaban sus cosas, cosas que nunca vi, desde mi patio sólo sentía en trajín de personas entrando y saliendo de la casa, nuestros patios colindaban y al ir a dejar a mi madre al portón de salida, nos topamos con ellos, les dimos la bienvenida y ofrecí mi ayuda si necesitaban algo, mis teléfonos etc., estaban felices, un matrimonio adulto , de poco mas de 50 y siempre, profesionales, educados y cordiales, con dos hijos también adultos jóvenes profesionales, que nunca vi, porque no salgo a la calle y de mi casa no los veo, en fin… poco pasaban ellos en su nuevo hogar, llegaban en su auto, lo sé porque los sentía entrarlo, la noche en que llegaron tuvieron un asado, estaban muy contentos, felices en su nuevo hogar, muy tranquilos y silenciosos, solo para el cumpleaños de ella hubo otro asado, lo sé porque, con anterioridad, me vinieron a avisar que habría un poquito de bulla y también el motivo.
Así, dos meses después, ella con lagrimas en los ojos, me cuenta que le piden la casa, debido a que el corredor de propiedades les dice, que ellos estaban viviendo con doce personas más en la casa, lo que nunca fue verdad, pero los chismes de gente mayor que no tiene nada más que hacer, ni de quien preocuparse, no faltan, en cada lugar donde uno vive no faltan las personas, así, no vale la pena mencionar, ni describir aquí la bajeza, la envidia, uf… sólo les deseo que a mis vecinos les vaya muy bien y que nosotros podamos salir de aquí también pronto, ya no me siento a gusto en este lugar…
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