La veía pasar casi a diario…invisible a tus ojos y a tu corazón, más reflejabas dulzura, amor a raudales, más que nada…brotaba de ti, y de un aleonado caminar.
Pero un día me percaté de un cambio…que como un manto velaba esa ternura, esa inocencia, tal vez un manto desapercibido por todos, pero no para esta inquisidora mirada que desde lejos te veía pasar.
Eras una mujer joven, espontánea… como una niña…alegre, sana, inocente, sin maldad,con cientos de amigos y no habías tenido aún, una relación amorosa, nunca te habían visto involucrada con nadie, si creo que… hasta dudabas de tu sexualidad.
Con el tiempo te dijeron que eras como un Bambi…inspirabas ternura y deseos de protegerte pero, no sabían que tu preocupación era tu alma, tu forma de ser, de sentir y… volviste un día,con un aire diferente, que no me sabia explicar, cuando te vi acompañada de él…tu esposo, supe después, algo mayor para ti pensé…te veías radiante y que bien pensé, si ya tendrías unos veintiséis…y no porque te vieras de esa edad, si no porque lo sabia, casi te vi nacer, y te mantuviste así… radiante…Por un espacio de tiempo corto, unos cinco años, de una intensa luna de miel, él era un hombre,el hombre que no debiste elegir, pero…lo amabas tanto, que termine agradeciendo esa dicha que irradiabas, aquí…desde mi invisibilidad…más, no faltaba mucho para un tristísimo desenlace…así como comenzó, terminaría…calladamente, porque tu doloroso llanto era…invisible para todos. Ni que decir que viste tu cuerpo partido en sangrantes trozos de dolor que desprendidos y perdidos flotaban en los aires, desgarrados de dolor infinito y de noches eternas de llanto angustioso y solitario, impactado por el desamor y también por ese pequeño e inquieto ser al que casi por instinto por muchos años cuidarás.
Así mucho tiempo sumida en la pena y soledad de amor, pasaste en el fondo de un foso dormida…viviendo sin vivir…más todo tiene un fin, en que el dolor suavizado a trabajo interno e intenso y lucha permanentes, pero… el que nunca a partido del todo, renace de allí una… temerosa flor, que nada espera… sólo el día en que el otoño vuelva y ella…