Anochecía he
intentaba dormir,
buscando en
su memoria letras
cegadas por
la crudísima realidad,
letras hambrientas
de alegrías, mimos
distantes,
lejanos, casi ajenos,
agónicas
ahora solo de golpes y gritos,
llena la
piel de angustias, espantos, espectros
que le
perseguían, buscándole en estructuras
que no
existían.
Está perdido
pensé… su pan está añejo,
lo buscaba
afanoso en una sucia bolsa
le muerden
las tripas los dientes del hambre,
su llanto es
solo frío y mocos que insisten en caer,
no estaba ni
aquí ni allá…simplemente no estaba,
invisible se
sentía hasta de los ángeles.
Se perdía en
la niebla de un solitario callejón,
oscuro, gélido,
húmedo como su cuerpo,
Había olvidado
recoger diarios limpios,
algunas
otras cajas de cartón seco.
Dormía su memoria
en el duro y húmedo suelo, sus ojos
helados no
podían cerrarse, mientras sus letras
sin saber cómo
habían llegado hasta allí,
intentaban
abrigar de recuerdos su corazón.
Mientras dormía
en su memoria el amor perdido.
Shedar