Cuando
llegue la noche,
crujen en la
vereda sus zapatos,
las hojas
recorren las calles
en una
búsqueda inútil,
que la
pronta lluvia borrará.
Letras
asomadas a los balcones
de los ojos,
dejando que se diluyan,
agotadas de
esperar.
Sin haber
logrado que supiera,
lo que en
primavera no pudo decirle.
Shedar 