Sabes de
sobra que te amé
más allá de
todo cielo.
Me dejabas
mirarte despacio,
poco a poco,
recorría tus secretos,
apoderándose
la locura de besos.
Sabes que
disfruté tus silencios
dejándome admirarte
mientras te deseaba
cual
llamarada solar.
Sabes que te
leí hasta donde no escribiste,
te escuché aun cuando no hablaste,
que tus palabras y susurros eran solo para mí,
junto a esas letras que refugiaste
en la primera estrella de la noche
y sonrío a la luna, fiel compañera
te veo en las carreteras de nubes,
buscando el corazón en mi mirada.
Me deslicé en la soledad de la calle,
por la estantería de zapatos,
de no sé dónde camino sin ti.
Porque no fuiste el amor de una herida,
Sino, el amor de mi vida.
Shedar