Te amé más
que a mis sentidos
aunque tu
piel no estaba cerca de mí…
Tu alma
entonces, aún en la distancia,
me abrazaba
constante, sintiendo tu calor,
tu aroma,
que enviabas en ondas de energía
que llegaban
hasta mí, amándote hasta el arrebato…
Y amé tu
alma que embargaba la mía.
No se aleja
ni pierde por caminos este olvido insistente
de amarte, que
permanece en mí.
Shedar