Pues si… necesitamos valor,
valor…para amar,
para entregar sin medida
ni piedad, con pasión,
para vivir y perdonar
con generosidad, alegrándonos
con la felicidad ajena
y con sabiduría reconociendo
que hay amor de sobra para todo
el mundo, y alcanzaremos entonces
la satisfacción que ninguna
criatura viviente tendrá jamás.
Tú has despertado ese valor
en mi alma adormecido,
que renace con la fuerza
para amarte sin medida,
pues en mi corazón y mi alma
han
despertado el valor.