Orando a
Dios por el famoso monstruo,
Cada noche, cada
día, apelando a la misericordia
de Dios.
Mi corazón
ni mi alma guardan rencor,
las manos de
Dios están en medio,
no me
pregunto nada, solo actúo con mi corazón,
Y te ruego Padre, tu misericordia deja caer sobre el,
¡Para que
cambie su alma… para tu gloria!
Y el bien de
la familia toda, volviendo todo amor.
Heme aquí…
Para que mi
ruego llegue a ti, segura de que me escuchas
y de que
conoces mi corazón, converso contigo…
lo que ya
sabes,
guardo silencio…
silencio del alma…shhh
Para escuchar
tu voz.
Sentir tu abrazo
de amor,
consuelo y
esperanza.
Heme aquí amado
Padre…en tus manos dejo mi familia
Gracias por
tu amor sin límites…