Por
mi ventana veo correr
las
nubes, tapando y destapando
la
luna que callada esperaba,
entrar
y posarse sobre
mi
mesita, que sostenía
este
mi cuaderno, de letras para ti.
Cuando
las nubes dejaron de jugar,
ella
sonriendo ampliamente,
se
quedó dormida sobre este amor,
que
en complicidad me apaña,
para
amarte cada noche.
Shedar