sábado, 24 de diciembre de 2016

AGONÍA

¡Como duele el alma!
De ver que los árboles
van siendo consumidos
por lenguas de fuego,
quedando desvestidos,
desnudos, sin brazos,
sin manos, sólo un remedo
de cuerpo en soledad
desnudos, ya no lloran,
claman en silencio ayuda,
sus labios mudos de dolor,
trasmiten su pena en medio
de un paisaje que ha dejado
tristemente de ser verde,
una muerte agónica
ocasionada por insensibles
inescrupulosos, que merecen
igual muerte.
¡Así … me duele el alma
con la agonía de mi hermano
árbol!

Shedar