Tu y yo en un
banco de piedra,
en aquel
parque,
mientras la
luna sonreía
a nuestro
amor
entre
frondosos árboles,
parecía
decirnos…
que estaríamos
siempre juntos,
aún más allá
de ella y nosotros,
en todo
tiempo
y todos los
mundos.
Lo que no se
veía,
era que éramos
una sola alma,
a pesar de
vernos sentados
uno al lado
del otro,
nuestros
cuerpos separados,
pero la piel
atada por nuestras manos.
Tu y yo en
infinitos instantes dichosos,
sin importarnos
el qué dirán,
te abrazaré
y reiré
donde quiera
que estemos.
Shedar 
