domingo, 11 de octubre de 2015

NADA TAN TRISTE

Nada me ha dolido
ni ensombrecido
tanto mi alma y mi corazón
como tu partida silenciosa, 
cual nube en el cielo enlutado.
Permanece en el aire aún suspendido
lo pusilánime de tu adiós,
tan pobre como tu escape.
Y nada tan triste la silente
súplica de mi corazón que
fallecía a gotas a tanta distancia,
y más aún, con mis labios sellados.
Nada, ya nada me importa,
porque nunca fui mía
ni tampoco tuya, sólo mis
lágrimas, por la ausencia de ti.
Nada me ha dolido
tanto  como tu partida,
que mi corazón permanece
de dolor callado y desgarrado
de mi pecho, perdido en una nube
en el grisáceo manto sin estrellas.
Gota a gota muere por ti.

Shedar