Mis lágrimas
eran poemas
que su
pañuelo no logro borrar
porque las
heridas del engaño,
formaron
hondos surcos silentes en mi corazón,
que
inútilmente intentó resurgir,
creciendo entonces
el río de falsas palabras
cuyo oleaje el viento producía.
Ya se
secaron mis oídos, mis ojos permanecen tristes
y perdieron la fe en ti,
estelas de
lágrimas cubrían mi cuerpo
suavizando
el profundo sonido espasmódico,
que brotaba
de mi profunda pena
de mi casi detenido corazón.
Cae la
lluvia sobre mi cabeza, hoy de profundas
noches
en vela y sin luna, ahora… sólo me quedo a la orilla.
en vela y sin luna, ahora… sólo me quedo a la orilla.
No…no quería
que ellas fluyeran…
pero ¡Entre lágrimas te pregunto!
pero ¡Entre lágrimas te pregunto!
¿Por qué tú amor no tiene suave aroma?