Se quema mi hermoso
país,
el infierno
se instaló en mi tierra,
arden
gigantescas lenguas de fuego
que bailando
desenfrenadas queman
millones de
pulmones, matando la vida.
El viento
fiero amigo de las llamas,
hacen arder
la vida de maravillosos bosques.
Sufren horrores,
animales, árboles, campesinos,
la impotencia
de la gente es inconmensurable,
horror instalado,
las millares de lágrimas del mundo
no bastarían
para hacer retroceder este asesino.
Tenemos un
gobierno que es incapaz de reaccionar
a su debido
tiempo, es evidentemente inoperante.
Brigadistas,
bomberos, los propios agricultores
y campesinos
no pueden seguir luchando solos,
agotadas sus
fuerzas, sobrepasados, suplicando
si,
suplicando con llanto ahogado en sus gargantas
una ayuda que llega tarde, muy tarde.
La
desesperación, la angustia instaladas en el alma,
¡Dios ayuda a mi Chile!
Shedar