La campana
muda en el campanario,
acompaña la
luna la soledad de ella,
espera un
anillo en su dedo que presumir,
se ha
quedado con el telar entre sus manos
vacías de
esperanzas, con días maltrechos,
con su
corazón cerrado por derribo.
Secos sus
ojos de tanto llorar, solo la sombra
de su
conciencia ya horizontal le susurra,
que debe
cambiar de acera y volver amar
sin adiós a
otro corazón.
Shedar