La noche se ha llenado de sombras,
y se reflejan en el cielo las copas
de los árboles danzantes
obedientes al son del viento bramante.
De una vela encendida nacen palabras
pacientes,
a que las sombras se acuesten
en esta noche de un cielo doliente.
En medio de la tormenta
oraciones por doquier elevadas
a Dios y a los Ángeles,
pidiendo el cuidado nuestro,
y el de mi madre hospitalizada,
operada… esta distante.
Pareciera que el bramido del viento
sin pudor ni recato, muy celestino,
sin pudor ni recato, muy celestino,
envolviera las paredes de la frágil
cabaña,
nadie pasa,
nadie camina,
todos escondidos … por un diluvio
divino