Tomó su
violín,
busca esa
nota
como alma
perdida…
extraviada
en un sueño
entre
sublimes acordes,
que el
viento del sur envolvía.
Gusta de lo
clásico,
Su mente, su
corazón, sus manos,
se vuelven
uno,
produciéndose
una fiesta en su interior,
aunque sólo
parezca concentrado,
su cerebro
se enciende,
se vuelve
una real comunicación, vulnerable,
sensible,
donde del joven violinista,
siente que
es su alma un violín.
Shedar