jueves, 1 de mayo de 2014

Aconteció un día

Cierto día llegó un poema
vestido de lejanía,
del que no diré su nombre hoy día
por que pronto el olvido
de un amor quería atrapar.
Forzó a su corazón
a entregar su querer
a quien su hombro le ha de ceder,
lavando  sus lluvias del alma
naciendo sueños de ilusión y calma.
Muchas horas regaladas al tiempo
la transformaron en una criatura de mar,
a su ángel no quiso escuchar,
pronto pisó la tierra
y lo aprendió a amar…
Entregó hasta su aire y más,
pero él despreció pronto su valor,
el paño de lluvias vertido olvidó,
sepultándola en dura tierra
no permitiéndole volar.
Ella tuvo el valor de amar y
él olvidó que amar no es un juego.


Shedar