Dime si las brisas de la mañana
te recuerdan mis manos,
cuando por tu calle caminas.
Dime si en la lluvia
que cae serena,
te trae a la memoria
el calor de mi caricia.
Dime si los vientos,
que se lleva el otoño
en sus hojas doradas,
te dejan mis besos.
Dime si cada atardecer
sientes brazos,
arrullando tu cintura,
llenándote de placer.
Dime si en cada luna,
en cada resplandor
que llega a tu ventana,
sientes mi llamado de amor.
Dime que me sientes,
que tus manos son mis manos,
que tu corazón es el mío,
que tu alma y la mía
son una en un suspiro.