Caminando
por adoquines carcomidos
grité tu
nombre bajo la copiosa lluvia
ahogada la
garganta de cuerdas cercenadas
con los ojos
húmedos y labios salados
tu nombre
rasgaba la soledad de mi pecho.
Grité, si,
grité tu nombre para que vuelvas
bajo el
estrellado cielo abrazando mi vida toda,
solo así no
florecerá el olvido en mi corazón,
que amo tus
letras que sin ser lluvia
calan mi
alma besándome como tú.
Y grité tu
nombre para no olvidar más nunca
tantas
noches de amor entre tus brazos
cuando me invade el alma, este ahogo de silencio.
Shedar