Arden mis ojos… arenados,
punzantes,
húmedos de tristeza,
conteniendo
el sollozo ahogado,
que al
corazón aprieta…
hasta la
llegada incontenible…
del derrame de lluvia salada,
mis manos quitan raudas su vestigio,
para que ni
mi sombra vea… un mínimo…
de esta pena…
que aprisiona mi alma,
vuelven a
arder mis ojos...
arenados,
punzantes,
húmedos de
tristeza