Guardé los
aromas de la tarde
en mi piel,
las caricias
de sus manos
en mis
silencios,
la lluvia la
perfecta excusa
de la noche,
eras tu solo
pompas de jabón,
que el
viento rompe al caminar,
mientras al
pasar por mi ventana
me ignoras.
Mientras yo
te ruego en silencio,
que, con el
primer rayo del día,
presiones
suavemente un beso
en mis
esperanzados labios,
sin que
queden huérfanas,
estas y
otras letras mías.
Shedar