Quisiera ser
una gran poeta,
para poder regalarte mis letras
en una noche de cielo estrellado,
en que agazapado y con el llanto de tu alma
diste brillo a todas las estrellas y a cada
lucero.
Entonces elevándome hasta el más hermoso,
quise divisar
el camino por donde tus pasos te llevaban,
dejando caer
un rayo de luz de mi pecho a tú pecho
aunque tú no
lo veas, para guiarte hasta el sendero
que a mis brazos te lleve y entregarte la luna,
y la dejes en los cristales de tu ventana,
en alguna
noche que te parezca oscura,
y llenar tu
cuarto con regalos de nubes
guardadas
si precisas tus lágrimas secar
o escribir
en ellas que tus penas abandonarás
y ¡ Mira! allí dejé a la entrada de tu puerta
muchos
con estrellas para tu corazón iluminar.
Porque estas
navidades quiero tú alma acariciar.