Tal vez
nunca debiera haberte conocido,
me gusta la
bruma… y debí permanecer en ella,
pues no
logro comprender el destino…
que de algún
modo en rauda brisa nos acercó,
convirtiéndose
en algo curioso, sí…curioso,
que es casi
lo mismo que la locura,
pues nada
mas sublime que aprender a amarte…
¡Para luego
en una molienda tiraras mi corazón!
y tener que dolorosamente olvidarte,
imbuida mi
alma de silente carencia,
cubiertos
mis ojos de nocturno desierto dormido,
nada
esperaban de ti, mas…resurges…no sé…
no sé de
donde…reapareces como si nada
y yo… como
hoja de otoño empujada por viento,
no sé si
detenerme, donde girar o… si dejarme llevar
para que el
infierno me consuma o simplemente… alejarme