Derramaba la
luna sus brazos de luz
sobre mi
cama,
mi rostro
húmedo en la almohada
te
recordaba,
rogando vehemente,
callada,
que llegara
el día,
pues el
amanecer me robaba las tinieblas,
y con el …lo
que nunca
de mi
poseíste,
este dolor
intenso provocado
por la locura
del profundo
amor que en mí despertaste.
Cual grillo
canté de noche,
y no tuve
contigo un mañana.
Y pasan incesantes
las golondrinas,
cual oración
frente a mis ojos tristes
cansados de
llorar.
Y me siento
aquí para conversar con nadie.
Shedar