martes, 8 de abril de 2014

Penumbra

Cuando la penumbra ha cubierto mi vida
sin respetar ni al sol ni a la luna,
me encuentro rogándole al amor
que lave mis ojos con gotas de besos,
llevándose mi tristeza por tú partida.
Cuando la penumbra ha cubierto mi vida
y mi alma en silencio agoniza,
me encuentro rogándole al amor
con mis manos vacías y extendidas,
le diga a mi alma ¡por qué ha sido vencida!

Shedar                                                  

Nunca de ti…


Nunca de ti he escrito.
¿Por qué?... no lo sé,
siendo tan atractivo,
muy guapo en verdad,
¡Dios muy bello y varonil!
tus bien formados y carnosos
labios que  comía con suavidad,
pasión y locura, como tú los míos,
con tu metro ochenta y siete de estatura,
me tomabas en tus brazos,
y tu bellos ojos negros,
brillaban enamorados,
tu brillante pelo que suave y coqueto
dejaba caer un flequillo sobre tu frente,
retirabas con tu mano guiñándome un ojo,
dejando ver tus perfectas facciones,
tu piel trigueña y la mía se hacían una
con tu cuerpo tan bien formado…
que me  lo entregabas al amarme;
moría el día y moría la noche en tus brazos,
siempre exudando aromas de intensa pasión.
Me cuidabas y atendías con esmero,
me amabas con locura.
Un día… todo cambió,
de ti me alejé… quisiste volver,
me buscaste, me encontraste y… te rechacé.
Yo tenía mis razones, que tú no comprendiste,
y así se perdió este amor,
luego de intensos cuatro años 
Más no sé por qué…
Nunca de ti… antes nada escribí.

Shedar.