Nunca de ti he escrito.
¿Por qué?... no lo sé,
siendo tan atractivo,
muy guapo en verdad,
¡Dios muy bello y
varonil!
tus bien formados y
carnosos
labios que comía con suavidad,
pasión y locura, como
tú los míos,
con tu metro ochenta y
siete de estatura,
me tomabas en tus
brazos,
y tu bellos ojos
negros,
brillaban enamorados,
tu brillante pelo que suave
y coqueto
dejaba caer un
flequillo sobre tu frente,
retirabas con tu mano guiñándome
un ojo,
dejando ver tus
perfectas facciones,
tu piel trigueña y la
mía se hacían una
con tu cuerpo tan bien
formado…
que me lo entregabas al amarme;
moría el día y moría
la noche en tus brazos,
siempre exudando
aromas de intensa pasión.
Me cuidabas y atendías
con esmero,
me amabas con locura.
Un día… todo cambió,
de ti me alejé…
quisiste volver,
me buscaste, me
encontraste y… te rechacé.
Yo tenía mis razones,
que tú no comprendiste,
y así se perdió este
amor,
luego de intensos
cuatro años
Más no sé por qué…
Nunca de ti… antes
nada escribí.