Cuando el
cielo y la tierra,
cada tarde
se unen en matrimonio
llenándome de
amor, nostalgias y
volando mi
alma a tu encuentro cada
atardecer,
imaginando sin límites como
día a día, a cada instante este amor
cual avecilla
confecciona su nido,
sentimiento que
se trenza en nuestras médulas,
alcanzando con
suspiros que mi corazón y el
tuyo
renueven cada atardecer este amor.
Sherdar