jueves, 13 de enero de 2011

Meditación


Vivíamos en ese tiempo con mi familia en una enorme casa antigua, con  once dormitorios, dos cocinas, dos baños, dos patios, uno de tierra al fondo y otro  con baldosas pequeñas y rectangulares en el primero, una gran galería con ventanas pequeñas, y con doble puerta de entrada, sus techos altos, y todo de  dimensiones muy amplias, nadábamos dentro de ellas, allí comencé… 
 Recuerdo, fueron mis primeras meditaciones, con menos de una veintena de años encima, cuando ya recibida mi primera iniciación y mi mantra, el que no puedo revelar realizando la  séptima práctica de  ésta, recostada sobre mi cama comencé a sentir una sensación de suspensión muy especial, extraña  y abrí los ojos en calma total, silencio en casa, miro y veo el techo de mi dormitorio a unos  5 cm de mi rostro, me sorprendí, pero no me asusté, vuelvo la cabeza para mirar hacia abajo, y veo mi cama, pierdo la concentración, me voy hacia abajo, casi de un viaje pero no sé como logré bajar la velocidad y prácticamente planear horizontalmente, hasta quedar nuevamente sobre mi cama. No sin alguna aprensión, al día siguiente volví a meditar, volviendo a ocurrir lo que se llama levitación, sucedió esto las tres veces que lo volví a realizar, pero dominando cada vez más, la velocidad al descender y dejé de practicar por…

Shedar                 

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