A media cuadra de mi casa hay una plaza pequeña, con muy pocos juegos su verde pasto rosa mis pies, sentadas cada una en un columpio, cantamos, reímos, respiramos juntas el aroma de los duraznos en flor y los aromos, que son una delicia, generaciones de diferencia, no impedía que disfrutáramos de Santiago, nos fuimos a sentar luego a un escaño y pasó el manicero, que hizo las delicias de mi nieta, con su maní confitado y para su asombro, un chinchinero , era el día de suerte y fuimos a comprar contentas de la mano un helado y un Kino, con la esperanza…
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Gracias pór comentar en mi blog, me da ánimos para seguir escribiendo, un abrazo
Agradezco sinceramente y de corazón que leas mi blog y comentes, es un premio para mí.Un abrazo y con el va mi corazón.