Ella con sus
manos supo
amar,
cuidar, atender,
entregar el
alma…
Pero pronto
tendría
que aprender
obligada
por las
circunstancias
amar la
soledad,
guardando en
silencio
la tristeza de
su alma,
con sus
manos vacías.
Con caminos
cortados
en los que
nunca
él construyó
puentes
participando
del camino.
Así sin
puentes para llegar
a su lado,
moría de soledad
a la vera
del camino.
Y él, se
marchó de su lado
llevándose
todo lo de él,
menos a
ella, olvidando
que también
era suya,
quedando
allí ahogada
por el río
de sus ojos.
Shedar
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Gracias pór comentar en mi blog, me da ánimos para seguir escribiendo, un abrazo
Agradezco sinceramente y de corazón que leas mi blog y comentes, es un premio para mí.Un abrazo y con el va mi corazón.