Bajo un
manto de cielo
estrellado o
con un sol
radiante ,
sin importar la hora,
siempre
eran momentos de terror.
Sus labios
siempre sonreían
pero sus
ojos permanecían tan tristes,
la lluvia
silenciosa, apagada,
que caía de
ellos en soledad,
era filosas
y sangrantes espadas
en su alma,
con adolorida carne cocinaba,
temerosa,
angustiada, impotente.
Mas, cuando
el que había amado
traspasaba el
umbral de la puerta,
las garras
de él se hundían en su piel,
su lengua
insultante, putrefacta
también debía
escuchar.
Ella aprendió
a callar,
sintiendo
que era su mejor defensa,
antes que el
silencio de la tierra
le entregara
el beso de barro
prometido.
Incrementando
la lista
Junto a la
indiferencia
de sus
gobernantes e instituciones,
que aparentan
estar pendientes,
sin trabajar
en ello, con mano dura,
tanto dolor habría
terminado.
Mientras el
dolor en silencio
guarda los
golpes de garras asesinas.
Porque cuando
el abismo asoma,
la verdad y
la mentira penden de un hilo.
Y hace
tiempo que los jueces, la justicia,
no cortan con
buenas tijeras.
Shedar
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Gracias pór comentar en mi blog, me da ánimos para seguir escribiendo, un abrazo
Agradezco sinceramente y de corazón que leas mi blog y comentes, es un premio para mí.Un abrazo y con el va mi corazón.