Uff, estoy en pecado, pensé…
Pensé y claro, que me arrepiento.
¿Qué, que me pasa?
¿Es un pecado, me pregunté?
Si… me dije
Pero el estar consiente de mis fallas
me hacía sentir más aliviada,
¿Sería porque tengo fe?
Así es, me dije…
porque repasaba el día, para darme
cuenta
que instante de lo vivido, no había
agradecido
en el mismo momento en que había
ocurrido.
En el silencio de mi alma
que solo sentía su próxima partida,
me costaba regresar a revisar mi día
instantes en la noche oscura
porque a veces la vida te lleva
por senderos no
esperados,
con lluvias que se llevan tu alegría,
o tal vez ni siquiera las vi en su
momento,
pero vienen rodados que destruyen,
que matan , si te matan los
sentimientos
y te quedas vacía, suspendida en la
nada.
Me asusté, más bien me asustó el hecho
de que dejaba pasar momentos felices
sin agradecer todas las noches como
antes,
si, como antes de ti, que llegaste
tras las sombras.
Pero no quería decir esto, porque ya
no existes
Aun así agradecí porque estuviste en
un paso
de mí vida y la muerte, el dolor
intenso
y por darme el aliento para crear
y también de la expresión del amor
Pero… bueno, ya lo dije, porque odio
la mentira.
Despertó entonces el eco de mi alma
para agradecer lo vivido día a día
y me sentí como en mi verdadero hogar.
Lo mejor del día… agradecer, lo bueno
y
también lo que no fue tanto, pero que
me ayudó
a crecer y me pregunté ¿Sigo en pecado?...
Instante tras instante…
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Gracias pór comentar en mi blog, me da ánimos para seguir escribiendo, un abrazo
Agradezco sinceramente y de corazón que leas mi blog y comentes, es un premio para mí.Un abrazo y con el va mi corazón.