¡Que nos pasa!
Pensaba la anciana mujer de pequeñas manos y blancos cabellos, ¿acaso por ser ya mayores… no tienes derecho…todo terminó?...El romanticismo, el soñar, el vivir con alegría, disfrutar como un joven, como si el tiempo no existiera, el pololeo, el conocerse, conversar, compartir sueños, anhelos, hundirse en sus ojos, reconocer sus manos, y acariciar su pelo… ¿no hay tiempo para eso? ¿Porque? …Se pregunta, si solo alcanzara a disfrutar plenamente algunas de estas incógnitas ¿no habría valido la pena? Vivir lo que tienes que vivir con paz en el alma, y madurez en el corazón, habría sido suficiente para que su casi compañero entrara al camino, ese camino que no veía y deseaba conquistar para él, en ocasiones no pensó en ella, que más fuerte espiritualmente le dejó partir, en medio de una verdad que no supo ver así otra vez solos inician la vida por caminos diferentes, la ancianita, mira las calles vacías, que ahora llena de pasos sin espera y recuerda que lo dejó partir, sus ojos tristes más que antes, retienen a duras penas, la lluvia que humedece sus mejillas. Por aquel que no supo ver ni esperar…
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Gracias pór comentar en mi blog, me da ánimos para seguir escribiendo, un abrazo
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