Un día...una micro

En ese entonces ella practicaba meditación transcendental, practicaba donde quiera que pudiera estar quieta un rato. Subió al micro, llovía intensamente, iba al trabajo, la gente apretujada se afirmaba tratando de que cupieran más personas, como una forma de solidarizar con los demás, sentada en un pequeñísimo asiento al lado del conductor, en una parada obligada sube por la puerta de atrás un joven alto y atractivo con un impermeable beige, que desabrochado  abría sus alas , que impulsado también por la prisa, para alcanzar el vehículo que lo llevaría a alguna parte… Queda el mirando hacia ella, sus miradas se cruzan y se mantienen así, sostenidas, se produce un silencio, en un instante la gente fue borrada del lugar; sin saber, inducida por alguna razón desconocida…Comenzó a  visualizar que...Abría su ropa, con suavidad y pasión intensas, besó y lo acarició intensamente con dedicación, uniéndose en uno solo, fuertes emociones desatadas en tan público lugar, que  a través de intensas miradas dio paso a  deseos tal vez guardados, hasta para ella misma. Finalizada tan intensa experiencia mira a un costado y ve a una mujer, que sentada  en diagonal a ella la mira y le sonríe, como que hubiera sabido lo ocurrido en esos minutos, ella  se encoge de hombros también sonríe y vuelve su mirada al guapo joven y  ya no estaba, suspira profundo y saca un libro para continuar la lectura que ya antes había comenzado, faltaba para llegar a su destino…

Shedar